Cuando leí por primera vez estos poemas supe que Pablo (Jacinto Carrazana) luego de muchas vueltas y vericuetos, había dado con algo primordial. Algo que estaba en él y no lo sabía. Algo como un rumor, un secretísimo rumor, que solo la llave de la poesía podía abrir.
Lo que cuenta el libro es precisamente la aventura de ese viaje, por el espacio y por el tiempo, pero también por los cielos y los abismos musicales de una lengua: el quechua, con toda su inocencia, con toda esa sonoridad que viene del agua y el cielo, de los árboles y el fuego, los pájaros altivos o el zumbido de una montaña.
Deslumbrado, el poeta encuentra las posibilidades de un canto que es, de alguna manera, suyo. Como una vuelta al hogar. O como dice bellamente Matilde Casazola en el epígrafe: donde el poeta busca las raíces de su alma. Postales de un lugar determinado, pero también de unas palabras (sonqo, muskuy, waqay, yana phuyu…) que funcionan como el ábrete sésamo de la poesía. El resultado es un libro extraño y conmovedor. Y eso, me parece, es uno de los mejores elogios que puede tener un libro de poemas.

Osvaldo Bossi

Un secreto rumor - Jacinto Carrazana

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Cuando leí por primera vez estos poemas supe que Pablo (Jacinto Carrazana) luego de muchas vueltas y vericuetos, había dado con algo primordial. Algo que estaba en él y no lo sabía. Algo como un rumor, un secretísimo rumor, que solo la llave de la poesía podía abrir.
Lo que cuenta el libro es precisamente la aventura de ese viaje, por el espacio y por el tiempo, pero también por los cielos y los abismos musicales de una lengua: el quechua, con toda su inocencia, con toda esa sonoridad que viene del agua y el cielo, de los árboles y el fuego, los pájaros altivos o el zumbido de una montaña.
Deslumbrado, el poeta encuentra las posibilidades de un canto que es, de alguna manera, suyo. Como una vuelta al hogar. O como dice bellamente Matilde Casazola en el epígrafe: donde el poeta busca las raíces de su alma. Postales de un lugar determinado, pero también de unas palabras (sonqo, muskuy, waqay, yana phuyu…) que funcionan como el ábrete sésamo de la poesía. El resultado es un libro extraño y conmovedor. Y eso, me parece, es uno de los mejores elogios que puede tener un libro de poemas.

Osvaldo Bossi

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